Empresas cambian sus estrategias ante nuevo entorno para competir

Artículo en Gestión.

En los últimos años, el entorno de negocios en el país ha sido afectado por la volatilidad e incertidumbre generada por factores externos a las empresas como la pandemia, la desaceleración del crecimiento del PBI, el alto nivel de inflación, la crisis política, las protestas sociales, el Fenómeno de El Niño o los conflictos globales.Estos trajeron consigo un estancamiento de la economía, pérdida del poder adquisitivo e incremento de la pobreza en el país. Un informe de APOYO Consultoría revela cuáles son los cambios de las empresas ante un nuevo entorno.

Por ello, el Perú lleva un periodo de casi cinco años con un nivel de confianza para invertir en terreno negativo que impacta en el crecimiento de nuestra economía.

La reducción del rating crediticio del país por parte de S&P a principios de año y el reciente retroceso en el índice de Atractivo a la Inversión minera del país al puesto 59 de 86, grafican la situación que enfrentan las empresas.

Estas condiciones han puesto a prueba la capacidad de las firmas para ajustar su estrategia para competir en un entorno más complejo, subraya el reciente análisis de APOYO Consultoría, elaborado por Rodrigo Jimenez, asociado senior de la consultora, compartido en exclusiva para Gestión.

El crecimiento rentable

Este contexto, ha llevado a las empresas peruanas a repensar sus estrategias para lograr crecimientos porencima del mercado, ganar participación y mantener su competitividad.

De acuerdo con lo que APOYO Consultoría ha visto en los planeamientos que ha asesorado en los últimos doce meses, se puede destacar tres cambios bien marcados.

El primero, ajustar la estrategia para desarrollar una propuesta de valor que atienda a los segmentos value. El segundo, evaluar el crecimiento inorgánico para consolidar su presencia de mercado. El tercero, buscar la diversificación geográfica y la internacionalización de sus negocios.

Las empresas han ajustado su propuesta de valor para poder competir en los segmentos masivos de mercado, buscando diferenciación no solo en precio, sino también con la introducción de nuevos formatos “familiares”, desarrollo de eficiencias y reducción de costos.

Otra estrategia que ha cobrado fuerza ante el menor dinamismo de la economía es el crecimiento inorgánico.Las empresas han retomado esta palanca de crecimiento en una situación financiera complicada, donde los múltiplos de compra reflejan valorizaciones más razonables. Todo esto, además, bajo la nueva regulación de control de fusiones y adquisiciones, que requiere de un proceso de evaluación riguroso ante el Indecopi. Un ejemplo de esta estrategia es la compra de Derco por parte del grupo inglés Inchcape para consolidarse en el mercado automotriz.

Otra estrategia de crecimiento que las firmas han apostado por desarrollar es la diversificación geográfica y la internacionalización de sus negocios, con el fin de reducir el nivel de riesgo y concentración en el Perú. En la década pasada, las empresas se enfocaron en ingresar a mercados de la región como Chile, Colombia o Ecuador. Hoy el foco está en evaluar el ingreso a países con mercado más grandes, estables y competitivos como México y Estados Unidos, como es el caso del grupo Unacem adquiriendo una planta de cemento en California o Auna con la compra de la mayor aseguradora dental en México.

Llegaron para quedarse

El menor nivel de demanda, el mayor costo financiero y altos niveles de inflación han afectado los niveles de rentabilidad de las empresas.

Ante este contexto, las compañías priorizaron el cuidado del flujo de caja y de liquidez para asegurar lacontinuidad de sus operaciones. Algunas de las estrategias más relevantes fueron el refinanciamiento de la deuda financiera mediante la negociación de las tasas y, por otro lado, tomó relevancia el seguimiento al ciclo de conversión de efectivo, donde las empresas buscaron alargar el plazo de pago a proveedores, reducir los días de cobro a clientes y optimizar los niveles de inventario para asegurar la continuidad del negocio.

El chip de eficiencias que apareció en la pandemia ha llegado para quedarse. Las empresas buscan cada vez con más fuerza instaurar la cultura de mejora continua y de eficiencias para optimizar su rentabilidad. Implementando estrategias con foco de variabilizar los costos fijos, mejorar procesos, reducir el costo de personal y mejorar la evaluación de nuevas inversiones.

Un claro ejemplo son los bancos, donde la apuesta por los canales digitales es cada vez más fuerte con el fin degenerar eficiencias y poder seguir generando ahorros mediante el cierre de agencias.

 

Cambios en la planificación

Ante los cambios mencionados, los accionistas/directores han ajustado sus expectativas sobre los retornos esperados. Este panorama ha cambiado la forma de planificar dentro de las empresas en dos grandes frentes. Primero, el plazo de los planes estratégicos se ha reducido y, segundo, un mayor accountability en los resultados.

Los planes de tres años en promedio son la tendencia actual dentro del mercado, reemplazando a los planes de cinco años que se veían prepandemia. Esta reducción de plazos tiene como objetivo ajustar la estrategia de forma rápida ante cambios del entorno y con fuerte foco en asegurar los objetivos de corto plazo. Otra tendencia son los seguimientos trimestrales para revisar el estatus de implementación y las revisiones anuales para actualizar el plan estratégico.

Por último, las empresas buscan cada vez un mayor nivel de accountability de los equipos gerenciales en los resultados. Esto se logra a través de una participación activa e involucramiento del equipo en el diseño del plan estratégico para que “compren” el plan.

Desde APOYO Consultoría, se ha visto en los diversos procesos de planeamiento estratégico que han llevado en los últimos años como el entorno está cambiando, no solo en el enfoque, sino también la forma como se están dando los planeamientos estratégicos de las empresas líderes que operan en el país.

Es bueno, si se implementa un plan de forma exitosa

Según varios estudios a nivel global, solo un 10% de las empresas son capaces de implementar su plan estratégico de forma exitosa. En los más de los 100 planeamientos que me ha tocado liderar con nuestros clientes en APOYO Consultoría, existen factores comunes en las empresas que han logrado generar valor a través de su plan estratégico.

El primero, es el claro liderazgo del CEO con pensamiento estratégico, y un adecuado balance entre el corto y el largo plazo. Gerentes más resilientes, flexibles, con capacidad de gestión de cambio, y toma de decisiones ante situaciones inciertas.

El segundo, es el alineamiento del plan estratégico con el presupuesto anual y el sistema de objetivos y compensación de los ejecutivos.

El tercero, el proceso estructurado de seguimiento del avance en la implementación de la estrategia y revisión anual con un fuerte sponsorship del directorio.

Y, el cuarto, es Gestión integral de los riesgos del negocio con un ajuste dinámico del plan ante cambios significativos en el entorno.

El éxito de una empresa en un contexto de incertidumbre radica en la velocidad de adaptación de su estrategia y la toma de decisiones oportuna con baja información.

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